Desde la Fundación para la Defensa de la Nación Española no tenemos el menor inconveniente en admitir, desde luego, que este «hipersubvencionado» conjunto de «firmantes de manifiestos» solicite el voto para el partido que estime oportuno procurando con ello abstenerse de «moder» la «mano» que les ha venido alimentando (incluso de modo canónico, etc.) durante toda la legislatura. Lo que nos parece, en cambio, extraordinariamente curioso -por no decir ridículo- es que tal petición de voto se lleve a término en nombre de la supuesta condición de «intelectuales» que semejantes individuos reclaman confusamente para sí. En definitiva: ¿de qué tipo es la legitimidad «intelectual» que esta farándula «progresista y de izquierdas» (insistimos: Pedro Almodóvar, Anita Belén y Conchita Velasco) reivindica a la hora de presentar sus «mensajes» a la ciudadanía incluso si concediéramos -lo que seguramente sería ya demasiado conceder- su «competencia» en las actividades artísticas que ellos realizan cotidianamente? ¿Tienen más alcance, nos preguntamos, las «opiniones» políticas de tales sujetos (opiniones, ellas mismas muchas veces tan elaboradas como pueda serlo, por caso, «esto nos pasa por un gobierno facha») que las que puedan ser propias del resto de los ciudadanos distribuidos en los más diversos gremios a los que la propia farándula pretende dirigir sus «revelaciones»? ¿No estará este tipo de manifiestos recorriendo pasos muy análogos, aunque todavía más mitológicos, a los de la Conferencia Episcopal con su comunicado de la semana pasada, erigiéndose, pretenciosamente, las «fuerzas de la cultura» en una suerte de «poder espiritual» que gozase de algún acceso privilegiado a la «verdad» que ofrecer a la ciudadanía? Sin duda: puesto que, entre otras cosas, al margen de este pretendido «acceso privilegiado», la apelación al carácter de «mentiroso» del Partido Popular no tendría, suponemos, sentido alguno.
PAZ (Plataforma de Apoyo a Zapatero) es el acrónimo elegido por estos individuos para rotular su entrada en campaña dando con ello, por cierto, buena muestra de su persistente acantonamiento en el fundamentalismo pacifista del que ya hicieron gala con ocasión de la guerra de Iraq hace cuatro años. Desde la Fundación para la Defensa de la Nación Española no les reprochamos tanto el contenido -el «huevo»- de su «apoyo» a ZP, cuanto la «metodología» -el «fuero»-, gratuita y desvergonzada, empleada para plantear semejante «apoyo» bajo la impostura de autorepresentarse los firmantes, en el nombre de la «cultura», como una supuesta élite dotada de mejor juicio que el resto de la nación.
Fundación DENAES, para la defensa de la nación española.
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